Malibú Renace, o en versión original «Malibu Rising», es una novela de Taylor Jenkins Reid. Esta escritora se hizo famosa sobre todo con «Los Siete Maridos de Evelyn Hugo», el cual confieso desde ya que aún no he tenido el placer de leer y que cuenta con reseñas muy positivas. No obstante, cuando vi en una librería Malibu Rising, no pude evitar pillármelo. Era verano y desde luego la portada y lo que ponía por detrás resultaban refrescantes a mi parecer. Por tanto, no lo dudé. ¡Y cómo me alegro!
Sin haceros spoiler, resumidamente trata la historia de una familia en la costa de California en los años 80. ¡Ah, sí! casi me olvido de mencionar que todo transcurre en un periodo de 24 horas. ¿Y se hacen pesadas 365 páginas de detalles de un día? ¡Para nada! En todas esas páginas se describen a todos los personajes que aparecen, y se desarrollan brevemente las historias de cada uno de los miembros de la familia Rivas, incluyendo flashbacks. También describe la locura, el derroche y los placeres ocultos y adicciones que se encontraban en esa época en un ambiente rodeado de estrellas de Hollywood, deportistas de élite, y otras celebridades.
Se centra sobre todo en 4 hermanos y la compleja historia de amor y desamor que tuvieron sus padres en el pasado. Aunque todos tienen su protagonismo en distintas partes, la principal es Nina, la hermana mayor. Una joven convertida en mujer que ha crecido a la fuerza para poder hacerse cargo de los demás y del negocio familiar tras varias desdichas de la vida. Es por ello que este personaje es el que más fuerza posee en la novela. Se ve obligada a dejar sus estudios, se busca la forma de ganar dinero para mantener al resto, y encuentra lo que parece ser un buen marido.
Sin embargo, esas 24 horas le sirven a Nina para conocerse a sí misma, o más bien para descubrir que puede ser una persona independiente más allá de la responsabilidad que siente sobre sus hermanos, la imposición que se ha puesto sobre su imagen y negocios familiares. Del mismo modo, se percata de que está viviendo una situación muy parecida en ciertos aspectos a la que vivió su madre, situación la cual nunca quiso repetir. Trata sobre la aceptación.
«Las historias familiares se repiten, pensó Nina. Por un momento, se preguntó si tenía algún sentido el intentar escapar de ello. Quizá la vida de nuestros padres dejan huella en nosotros, quizá el único destino que hay es tentación de revivir sus errores. Quizá, por mucho que lo intentemos, nunca seremos capaces de dejar atrás la sangre que corre por nuestras venas. O. O quizá somos libres desde el momento en que nacemos. Quizá todo lo que alguna vez hacemos es por nuestras propia cuenta.«
He de admitir que leí el libro en inglés, por lo que la traducción es fiable pero quizá no son todas las palabras exactas utilizadas en la versión doblada. Escojo algunas frases que me llamaron la atención, pues pienso que captan a la perfección la intención principal ya comentada. Esa aceptación evoluciona a través de las páginas. Nina siempre ha sido de esas personas que aceptan todo lo que surge en la vida sin más, de afrontarlo y de conformarse. No concibe otra forma de ser, y cuando la ve en otros la admira como si fuera algo imposible para ella, como si ella no supiera vivir por sí misma.
«Vaya mundo en el que ella debe vivir, pensó Nina, en el cual puedes tocar las narices, quejarte, pisotear, llorar en público y gritar a las personas que te hacen daño. En el cual puedes imponer lo que aceptarás y lo que no.»
Y ella no es la única que descubre cosas que desconocía de sí misma, también lo hacen los demás. Los hermanos medianos, Jay y Hud se enfrentan a una nueva realidad para ellos que les cambia la vida. Y la hermana menor, Kit, también pasa por una serie de eventos que hacen que se replantee su propia persona. Esa frase de «De hecho, quizá la única educación que quedaba era asegurar que Kit entendiera esto: cómo ser cualquier tipo de persona que ella quisiera.»
Otra de mis cosas favoritas de la narración de Taylor Jenkins Reid, es la forma refrescante en las descripciones. Apenas falta detalle, tanto a nivel personajes como a nivel alrededores. ¿Mis descripciones favorita? Las referentes al mar. En la novela, los protagonistas son amantes del surf desde pequeños y lo practican de un modo u otro. Y esto sale mencionado en diferentes momentos de la historia, y de un modo que te entran ganas de meterte al agua, darte un chapuzón, ¡e incluso aprender a surfear! Al menos a mí, que me encantaría aprender. Me quedo con eso de «Se movió con el agua, pensando únicamente en cómo compensar, cómo dar y asimilar en la medida perfecta. No pensaba en futuro o en pasado, solo en el presente. Cómo puedo permanecer? Cómo puedo sostenerme? Cómo puedo mantener el equilibrio? Mejor. Más tiempo. Con mayor facilidad.»
Es por ello que he visto idóneo volver con una reseña sobre esta historia, por dar el toque familiar, de nuevos comienzos, de autodescubrimiento y aceptación sobre uno mismo para llegar más allá. De cómo el pasado y las decisiones de nuestros padres pueden afectarnos, e incluso de la superación de un abandono o el rol que se nos impone en la sociedad. Y sobre todo, de cómo cuando todo parece ir mal, uno puede resurgir de sus cenizas una y otra vez, como lo que sucede tras un incendio.