La Riada, primera parte del conjunto que tan famoso se ha hecho en estos últimos meses: Blackwater. Recuerdo que me fijé cuando ya había salido el segundo, unas ediciones que me parecieron preciosas y un tamaño ideal, de bolsillo, para poder llevártelo a cualquier lugar. No obstante, no sabía de qué iba y tenía mucha lista de espera en lecturas, la cual sigo teniendo y por eso iré leyendo todos los ejemplares de forma intercalada con otros libros. Y si entonces no supe de qué iba, os puedo asegurar que mientras escribo estas palabras sigo sin saberlo. Llevo un rato pensando mil formas de expresarlo adecuadamente, y nada. El otro día mi madre, quien se lo está leyendo y aparentemente disfrutándolo, también me preguntó de qué iba y no le supe responder. No es fantasía, no es terror, no es misterio, ni una sencilla descripción de la vida de un pueblo de Alabama a principios del siglo 20. Y a su vez, es todo eso y más. O eso creo, porque sin haber terminado la historia completa no puedo aportar datos que desconozco sobre el desarrollo real, tan solo suposiciones con los eventos que suceden en este primer tomo.
Entre tanto desconcierto, comienzo un nuevo renglón para aseguraros que sí me ha sorprendido gratamente. La forma en que describe la riada, los olores, el mal estado del entorno tras el desastre…era capaz incluso de sentir el olor a humedad en mi propia habitación. El ambiente, el entorno, las aguas, los mapas…detalla todo con tal delicadeza que puedes imaginártelo a la perfección sin necesidad de un quebradero de cabeza. Y no solo de descripciones vive una novela, los diálogos sencillos, directos y acordes a la época en la que se supone que sucede. Cada personaje con su forma distintiva de llevar a cabo el diálogo. En referente a esto, he de confesar que, aunque en ningún momento se me hizo pesado, hubo partes en las que aparentemente no sucedía nada más que situaciones banales del día a día de la familia Caskey y el pueblo. Y, sin embargo, al pasar la página te dabas cuenta de todo lo que había pasado. Y os preguntaréis, ¿cómo es posible que parezca que no hay ninguna acción y que más tarde te des cuenta de lo sucedido sin más? Pues una genialidad desconocida, no sé. Pero del autor ya hablaremos al final de la reseña.
“En los patios delanteros de todas las casas, las extremidades tiesas de cerdos y terneros asomaban entre el lodo. Había pollos ahogados en las escaleras. Toda la maquinaria estaba atascada por el barro, y aunque un batallón de pacientes muchachas de color se aplicaron en las tareas de limpieza, nunca lograron quitarlo del todo. Bombonas de butano y bidones de aceite habían salido flotando de los almacenes de los aserraderos y habían reventado las ventanas de las casas, como si quisieran provocar el mayor daño posible”.
Es una historia que aparentemente va sobre el poder familiar, siendo la más influyente la matriarca, llamémosla Mary-Love, quien tiene a sus pies a sus hijos Oscar y Sister (sí, «sister» traducido al español como “hermana” de ese tal Oscar). Es necesario destacar que es una historia utópica en cierto sentido, y más en la época en la que se ubica, debido a que podría decirse que el mundo está gobernado por las mujeres. Y es precisamente entre estas que sucede la trama interesante. No obstante, confieso que esperaba más imponencia por parte de Mary-Love, pero como ya he dicho, solo es la primera parte de seis en total, así que puede que recobre fuerza en los siguientes.
“Estar casado con ella lo hacia muy feliz, pero a veces la miraba de cerca y se preguntaba “¿Quién es?” Era una pregunta que no sabia ni como empezar a responder. Lo que sí sabía era que Elinor se parecía mucho a su madre: una mujer de carácter fuerte y dominante, que ejercía el poder de una forma con la que el jamás podría rivalizar. Ese era otro falso mito de los hombres: como manejaban el dinero, como podían contratar y despedir a trabajadores y como eran los únicos que llenaban las asambleas y ocupaban cargos de congresistas, todo el mundo creía que tenían poder. (…) Controlaban las asambleas legislativas, sí, pero a la hora de la verdad no tenían ningún tipo de control sobre si mismos”.
Por otro lado, tenemos a Elinor, una aparente forastera que aparece en mitad de la riada como si viniera de la nada. Todo lo que rodea a este personaje es misterio. Misterio y agua. Porque cada cosa que dice parece ir con intenciones ocultas y cada cosa que hace, normalmente, pareciera producto de algún tipo de magia que no se menciona en realidad. Elinor es, además, la mujer que más influye de repente en el pueblo, la que mantiene una lucha constante con Mary-Love de un modo u otro, y la que parece que en realidad va ganando de cabeza. Pero, ¿quién soy yo para hablar más de Elinor si tan solo he leído el primer tomo?
“Había algo peculiar en su forma de hablar, como si Elinor estuviera acostumbrada a un idioma que no fuera el inglés”.
Es necesario destacar, también, al grupo de personajes que les rodean. Oscar y James, su tío, son los dos hombres de la familia, que por supuesto imponen poco en ella, y que se dejan llevar por las mujeres de poder. Sister, la hija de Mary-Love, es un personaje más bien pasivo, que siempre está con su familia pero poco aporta. Ciertamente, pienso que el nombre lo puso con ese motivo y que en realidad no es una pereza de pensar en cómo llamar al personaje, sino una forma llamativa de concederle su propia definición en él: es el personaje que es y no tiene más. Pero son solo teorías mías. Nos encontramos, de igual modo, a los trabajadores de la casa y las tierras, como Zaddie y compañía, todos de color, soltando ese toque ahora racista, pero evidentemente existente en el contexto en que se presenta, y a su vez dotándolos del mejor apoyo para los personajes principales.
En cuanto al terror se refiere, no se puede decir que la historia sea de miedo, creo, pero desde luego tiene un par de escenas que te dejan con la boca abierta. La brutalidad con que son descritas hicieron que me doliese hasta la cara, ya que hay un personaje al que un tronco le separa la cabeza del cuerpo, sin haceros spoiler de quién es. No obstante, no hay nada más explícito que esos dos momentos breves. El resto, siempre inundado por la sensación de misterio que da de Elinor, hace que no dejes de preguntarte quién es esa mujer.
“..no tuvo tiempo ni de gritar. Apenas alcanzó a atisbar un destello rojo al otro lado del parabrisas, pero para cuando su mente registró aquel color fugaz, el tronco había roto ya el cristal, y el extremo, resinoso e irregular pero afilado como una lanza, le había atravesado el ojo derecho y le había salido por la parte posterior del cráneo. El impacto fue tan fuerte que le arrancó la cabeza y la proyecto sobre el asiento trasero”.
¿De verdad que con esa escena no os entran ganas de saber quién y por qué?
Finalmente, reconozco que nunca había oído hablar de este autor, Michael McDowell, nacido en 1950, más allá de las películas en las que ha participado, ni más ni menos que dos conocidísimas de Tim Burton como son “Pesadilla antes de Navidad” y “Beetlejuice”. Y leyendo “La Riada” me doy cuenta de que ha sido infravalorado, o al menos no se le ha dado el crédito merecido. Blackwater es una serie de seis libros en total, los cuales se publicaron en los años 80 por primera vez y que se describen como un mismo libro partido en seis tomos para que así la gente pueda tener mayor facilidad de acceso a ellos tanto en precio como en tamaño. La serie completa trata la historia de la familia Caskey a lo largo de cincuenta años, y no puedo estar más agradecida a BlackieBooks por las ediciones tan bonitas y la capacidad de haber recuperado la historia para acercárnosla. Fue el propio Stephen King quien dijo «Michael McDowell: mi amigo, mi maestro. Fascinante, aterrador, simplemente genial. El mejor de todos nosotros».
No tengo nada más que añadir a ese prólogo, es todo como lo cuentas.
No se que es pero es un pequeño placer leerlos, ya voy por el segundo libro..y deseando comentarlo ..