Esta semana os vengo a contar mi opinión particular sobre la lectura de “El Duque y Yo”, el primer libro de Julia Quinn sobre la saga Bridgerton. Aviso a lectores: me lo he leído en inglés, por lo que las frases que he anotado no han sido traducidas al español o, al menos, probablemente no coinciden al pie de la letra con la traducción de la edición castellana de la editorial Titania.
Comencemos, precisamente, por la forma en la que está redactada la historia. El lenguaje de Quinn pretende ser lo más parecido a lo que podría decirse que es Jane Austen, por generalizar con una de las autoras más conocidas de la novela romántica del realismo en la época georgiana, para que nos entendamos mejor. Eso sí, nunca olvidemos que Julia Quinn escribe historia ficticia y romance picante, cosa que en los años noventa no era tan leído como ahora. La historia ocurre en el contexto de una Regencia Británica, particularmente el barrio de la clase alta de Londres, Mayfair. Con ello, la comunicación tanto en la narrativa como entre personajes, imita a la de su contexto histórico con bastante éxito. No obstante, mientras que en la mayor parte consigue dicho objetivo, hay momentos en los que parece olvidarse y hace uso de vocabulario más contemporáneo. Sobre esto, y en relación a lo que sucede, no debemos olvidar que es una historia calificada como ficticia. Por ello, considero que un buen escrito contemporáneo que pretenda similar otro de hace siglos, ha de mostrar un equilibrio con el que transmitir ese contexto a la sociedad actual. Por tanto, creo que lo normal sería mostrar expresiones y descripciones de sucesos manteniendo la esencia de ambas épocas para hacerlas llegar de modo más accesible desde sendos puntos de vista. También veo necesario añadir, que se puede ver cómo es también una crítica a lo que hoy vemos como absurdo de la sociedad de esa época, como la importancia de la ternera para entretener bien una cena.
Por un lado, cabe destacar la buena descripción del entorno y del ambiente social. De hecho, quizá demasiado. Cuando comienzas a leer, hay una narrativa en abundancia frente a poco diálogo y acción. Eso es un aspecto que hace destacar los detalles, lo cual se agradece para poder meterme en situación. Sin embargo, cuando vas por la mitad del libro te das cuenta de que en realidad ha pasado todo muy rápido y de forma muy breve. Es decir, he echado en falta una mayor variedad de escenas que ayuden a observar la evolución de los personajes y la historia. Pd: confieso que hubo un momento en el que me sentí en Hyde Park al cerrar los ojos.
“She slowed down as she reach a slightly wooded area and took a deep breath of the crisp autumn air. She closed her eyes for a moment, letting the sounds and smells of the park fill her senses. She thought of a blind man she’d once met, who’d told her that the rest of his senses had grown sharper since he lost his sight. As she sat there and inhaled the scents of the forest, she thought he might be right. She listened hard, first identifying the high-pitched chirps of the birds, then the soft, scurrying feet of the squirrels as they hoarded nuts for the winter”.
Por otro lado, me ha resultado bastante divertida en muchos momentos. Los tres hermanos mayores de Daphne, Anthony, Benedict y Colin, se unen en varias escenas de una forma que, como Simon dice, tiende a aparentar que son una barrera masculina infranqueable y cuya imagen de poder desaparece por separado. Violet, la madre de todos los Bridgerton, es mucho más imponente en el libro, dejándonos tirones de orejas a sus hijos mientras los saca de una sala.
– “Ha! Made you look.” + “Colin Bridgerton, sometimes I swear I think you’re no more than three years old” – “His Devastatingness is heading this way.” Daphne refused to fall for his bait this time. He wasn’t going to Make Her Look. – “This time I’m not kidding, Daff. You really ought to have more faith in your favourite brother, dear sis.” (…) “You’re not supposed to be so obvious” he said in a stage whisper, purposely loud for Simon to hear. “He’ll figure out that you like him” (…) ”Oh, how she wounds me”. – Colin and Daphne.
Asimismo, en la línea de risas de la lectura, destaca la presencia de Colin, el hermano que más cerca está de Daphne en edad y en comunicación entre ellos, y que aparece en los momentos más oportunos para nuestra fortuna. Anthony, el más mayor, es el más protector, por lo que hay momentos que nos puede resultar demasiado pesado al estar más encima, pero con el que también podemos reírnos, como cuando va con Daphne a preparar leche y ninguno sabe cómo hacerlo, cosa que pasa prácticamente igual que en la serie de televisión.
– “I’ve a better idea. Why don’t we get it ourselves? We’re not complete idiots. We should be able to warm some milk” said Daphne. + “Very well, but you shall have to do all the work. I haven’t the faintest idea how to boil milk”. – “I don’t think one is supposed to let it boil.» She and Anthony usually had an easy, joking relationship, and it was nice to see him back to his normal self again. She wandered over to the enclosed range, a rather modern-looking contraption that Cook had purchased earlier in the year. – “Do you know how to work this? She asked. + “No idea. You?” Daphne shook her head. “None” (…) «It’s not hot” “Not even a little bit?” – Daphne and Anthony.
Volviendo a los protagonistas, Simon es el típico guaperas inaccesible. Las cosas como son. Pero qué queréis que os diga, para mí su historia de amor es la mejor. Ciertamente el duque tiene actitudes de esas que podemos denominar tóxicas, pensando siempre en el juramento que se hizo a sí mismo antes que en los demás e incluso en su propia felicidad. Pero hay que tener en cuenta que tuvo una infancia realmente complicada, lo cual nos toca pensar: ¿cómo seríamos nosotros a estas alturas si nos hubieran tratado la mitad de mal que a él? ¡Espero que ningun@ de vosotros lo llegue a saber! Además, es el personaje que más evoluciona, sin haceros spoilers. Daphne, por otro lado, es divertida, comprensiva, y no para de repetir que se ha criado con cuatro hermanos y que eso la hace entender más a Simon, dentro de la medida de lo posible. Y es cierto, aunque evidentemente hay ciertos eventos que hacen que la pareja se pelee, como en toda novela romántica. Para mí es un personaje femenino que intenta huir del drama, dando así un poco de aire fresco ante todo lo que sucede.
“»Now» doesn’t even compare to tomorrow. And tomorrow couldn’t possibly compete with the next day. As perfect as I feel this very moment, tomorrow is going to be even better”. – Simon.
Entonces, ¿por qué digo exactamente que es de mis relaciones favoritas de lo que conozco de la saga hasta ahora? Por algo tan sencillo como que son amigos. Parece algo absurdo, pero con el tiempo se puede entender que la pareja “ideal” era o se convierte en tu mejor amig@. Y ellos dos tienen esa conexión de amistad y diversión desde el principio. (Inciso: no he leído todos los libros, pero he visto todas las temporadas que, en base, cuentan la misma historia de los textos). De hecho, mi frase favorita y que describe tan bien la historia, aunque en realidad es de la serie, y no aparece textualmente en el libro por mucho que se asemeje a otras, es:
«Nunca he sido un hombre de flirteos, ni de charlar, de hablar de nada. Pero con Daphne, la señorita Bridgerton, la conversación siempre es fácil. Su risa me da alegría. Conocer a una joven bella es una cosa. Pero conocer a tu mejor amiga en la más bella de las mujeres es algo del todo diferente.» – Simon. (Bridgerton I. Netflix).
Finalmente, he de contrastar con la serie para poder dotar de una completa reseña de todos los personajes y la historia. Reconozco que en el libro he echado de menos saber más de los demás personajes. La mayoría son mencionados, pero pocos aparecen. Lady Danbury, Eloise, e incluso Penélope, son citados, pero no aparecen en acción. Hay otros que ni eso, como Madamme Delacroix, el Príncipe, Marina Thompson, y el señor Featherington. Sobre la familia de éste último, sí vemos a la madre de todas las Featherington, quien apenas mantiene una conversación. No obstante, la Featherington más aludida entre las páginas ni si quiera hemos podido descubrirla en la serie.
E incluso los propios hermanos, descritos como un trío bastante unido y protector en su conjunto hacia Daphne, no suelen entrar en escena. Anthony sí es mostrado como el cabezota que supervisa todo sobre su hermana menor, y aun así conocemos de él mucho menos de lo que sabemos por la pequeña pantalla. Finalmente, Colin, quien tanto revuelo está levantando últimamente gracias a “su temporada”, es bastante diferente. Sin duda, en el libro es de mis favoritos, y es por ello que en la serie ahora lo veo un tanto…pobre de carisma. ¡Ah! Y ni hablemos de la reina, porque de hecho ni mencionada queda. Es una pena, ya que es un personaje que en la primera temporada de la producción de Netflix da mucho juego, el cual creo que pierde en el resto. En la serie se nos presenta dentro de un reinado ficticio, pero no mucho. Con un rey que tiene una enfermedad mental, lo cual coincide con George III rey de Inglaterra e Irlanda en la historia británica real, y la reina Charlotte, de la cual se decía que era de piel más morenita de lo normal en la realeza inglesa, lo cual es la excusa perfecta e ideal para el personaje de Shonda Rhimes que tanto cariño depierta.
En resumen, si comparamos el libro y la serie, en base se dice lo mismo, a veces incluso de forma casi exacta. Considero que conocemos mucho más de Simon, el Duque, en la novela y así podemos intentar entenderle mejor. Incluso logramos ver lo mucho que ha trabajado y aprendido en la vida para superar sus problemas, además de lo culto que es y su descubrimiento del mundo. Pero en la adaptación suceden muchas más cosas que no se pueden ver entre las páginas y se consigue observar un mayor desarrollo sobre la evolución de los personajes desde que se encuentran. No obstante, el libro me ha resultado más divertido, a pesar de que he echado de menos a muchos personajes y otros tantos momentos. Cabe mencionar que, por lo que me han contado, el resto de personajes sí que viven la mayoría de situaciones que aparecen en la producción de Shondaland, las cuales se ven en el libro de cada uno de forma individual. Pero no sabría deciros a ciencia cierta qué de quién ni cuándo. ¡Pronto me leeré el siguiente!
¿Sabíais que Julia Quinn empezó a escribir sus novelas mientras estudiaba medicina? Por lo que he leído, realmente superó la licenciatura de Historia del Arte en Harvard, pero quiso cambiarse al mundo de las ciencias, específicamente medicina. Para poder acceder a ello, tenía que realizar una especie de curso previo, y fue en ese intervalo cuando logró terminar dos novelas que fueron subastadas. Con el tiempo, se percató de que le gustaba más escribir, ¡y menos mal!