Y con la llegada de la Primavera cerca y el olor a azahar por las calles, es cuando me embarco en esta aventura que os quise en realidad presentar hace unos meses y que no ha sido hasta ahora que he podido retomarlo en condiciones. Con ello, os presento Lima Limón, ¡qué dulceamarga expresión! Pero no pudo ser en el momento, y es ahora tras el comienzo del año nuevo, aunque ya estemos en marzo, que vengo a daros un poquito de mi interior con este «Lima Limón». Y no podía ser de otro modo, ya que en mi cabeza se quedó en cuanto alguien me lo mencionó. Dos frutos tan similares y distintos a la vez. De primeras no los mezclarías, uno más cítrico y otro con antojo casi dulzón, extremos cercanos como verde y amarillo de color. Este es uno de los motivos por el que así nombro a mi blog, en el que compartiré de todo lo que me interesa, lo que se me ocurra y lo que cualquiera me pidiera, incluso si al verlo todo pareciera que nada que ver tienen en su conjunción.
Sin embargo, el tema de la distinción en las frutas no es mi más favorita adjudicación, aunque he de admitir que soy fiel amante de sus colores y sabor, ¡como helado de chocolate y limón! (inciso importante para que sepáis que es una mezcla que toma mucha más gente de la que parece y que compartimos el hecho de tomarlo desde pequeños, sentirnos poco entendidos por los demás y a su vez no saber dejar de tomarlo en heladerías).
El caso es, que en realidad casi todos hemos escuchado alguna vez la expresión «lima limón» sin venir a cuento. Pero, ¿sabéis su significado real? Resulta que no tiene absolutamente ninguna intención de aludir a las frutas, si no que procede del árabe andalusí «alaa ‘alima l‘aalimún», o algo así, la cual evidentemente comenzó a sonar como «a la lima y al limón». ¿Su definición? «¡ea, sepan los que han de saber!».
O lo que es lo mismo para nuestro interés en este momento: yo comparto cosas, y quien esté interesado será quien lo vea. Para mí, la importancia de la expresión tiene otra más personal acepción, pero esa os la contaré más adelante si sigo por aquí perdiendo la razón.
Y para asumir más de los orígenes de este tablón, deja que te cuente un cuento breve de corazón. Érase una vez, una personita a la que le encantaba escribir. Con millones cosas en la cabeza, y gustos para todos los colores, la inspiración surgía y las palabras salían cual poesía. Mas creció y el tiempo organizar no sabría. Y entre socializar y descubrir diferentes cosas más, dejó de lado las palabras durante gran parte de su mayoría de edad. No obstante, para su fortuna, lo poco que escribía amigos suyos lo veían y animaron a crear un lugar más amplio donde compartir su realidad, conectar y disfrutar.
¡Y aquí estamos! ¿Os atrevéis a acompañarme en esta locura de mi lima-limón? Fresco y saludable para a tu mente dar un chapuzón.